lunes, 25 de octubre de 2010

Ira

Con el andar lento y pausado que lo había acompañado toda la semana, Felipe llegó a la puerta principal del edificio donde trabajaba. Eran las 7:50am y faltaban 10 minutos para que su turno en la oficina comenzara. “¡Estás despedido!”, fue lo primero que escuchó al ingresar al lugar que fue como su segundo hogar por 6 largos años. Observó durante breves segundos el rostro de su verdugo. Intentó pedir explicaciones, pero era muy tarde, tenía la hoz en el cuello, y le habían bajado el pulgar en señal de aprobación de una ejecución inesperada. Su salida de la empresa era irrevocable.

Felipe reanudó su andar lento y pausado, y emprendió su camino a casa, donde no lo esperaba nadie. Se sentía humillado. Ese grito seco hacía eco en su cabeza y lo enfurecía más con cada paso que daba. Cuando finalmente llegó a su departamento, casi vacío desde hace algunos días, encontró un sobre en el piso con su nombre. Se dispuso a abrirlo, sabiendo que, tal vez, su contenido alimentaría la ira que ya lo invadía. Y así fue, en el sobre se encontraba un papel que detallaba la fecha y el lugar donde se llevaría a cabo su divorcio. Un divorcio que no quería,  un divorcio forzado por el amor de su esposa a otro hombre, un divorcio que lo atormentó toda la semana, un divorcio traicionero. Los ojos estaban a punto de de abandonar su rostro, la tristeza y el miedo se convirtieron en odio, el odio se combinó con la ira y el resultado predecía un negro porvenir.

La mañana se volvió larga, pero la tarde fue eterna, parecía que el tiempo caminaba a paso de procesión. Tanta lentitud aceleraba los latidos de su corazón. No comió, ni bebió líquido alguno, no vio televisión, ni leyó ningún libro, se pasó repasando los últimos acontecimientos de su vida una y otra vez, siempre con la ira presente. La esposa infiel, el jefe maldito, el divorcio traicionero, la humillación, el grito seco y otra vez la esposa infiel. Eran casi las 10pm y, fatigado de tanto pensar, decidió dar un paseo para distraerse. Sus impulsos le jugaron una mala pasada y lo llevaron a una esquina cerca al edificio que ya no sería más su segundo hogar. Lo observó con odio. Cuando se preparaba a seguir su paso, se dio con la sorpresa de ver que su verdugo salió por la puerta principal, sonriendo y tarareando una alegre canción festiva. Dominado otra vez por sus impulsos, lo siguió.

La noche era más oscura que de  costumbre y las calles estaban mas vacías de lo normal. Pero Felipe no pensaba en estos factores, él solo quería explicaciones y, después de varias cuadras de asecho, encaró con determinación al hombre que lo despidió de su trabajo y de su dignidad. Se abalanzó sobre él, como un indigente lo haría sobre un plato de comida. Sus puños no dejaban de llover sobre el rostro de su jefe, y se tornaron cada vez más rojos. Gota tras gota, esta lluvia fue apagando su ira y desacelerando su corazón, y se dio cuenta de lo que había hecho. En un acto reflejo, tomó su arrepentida camisa y la usó para secar la sangre del rostro de su adversario. Pasó de ser el más feroz asesino a ser la más temerosa víctima. Se sentó asustado y comenzó a pensar en la esposa infiel, en el jefe maldito, en el divorcio traicionero, en la humillación, en el grito seco y otra vez en la esposa infiel, pero la ira no lo acompañó esta vez. El grito de las sirenas se hizo, poco a poco, más fuerte. Las voces de las personas alrededor, comentando lo sucedido, se mezclaban y confundían con el sonido del motor de los carros. La noche no era más oscura que de costumbre y las calles no estaban más vacías de lo normal. Un nuevo verdugo aparecería con una hoz, pero esta vez no para despedirlo de su trabajo, si no de su libertad.

Con el andar lento y pausado que lo había acompañado toda la semana, Felipe llegó a la puerta principal del edificio donde trabajaría, donde se convertiría en la esposa de alguien y donde su ira, por más que quisiera, no aparecería nunca, por lo menos no durante los próximos 15 años.

4 comentarios:

  1. Ta buena la trama, pero me parece que tengo la autoridad como para criticarte, dada mi experiencia anterior.
    Trata de no usar frases hechas, como eso de "negro porvenir" o eso de "a paso de procesion" en vez de eso inventa tus propias frases, asi empilas mas, despues me parece que eso de repetir las frases en algunos parrafos hace el texto un toque predecible, desde mi punto de vista claro, fuera de eso la historia esta buena, trata de detallar un toque mas la atmosfera para que la gente se emocione y se pegue mas, las comparaciones y metaforas sirven en ese caso, te recomiendo que leas a ernesto sabado, yo toy leyendo ahorita un libro que me ha dejado de piedra, te recomiendo que leas el tunel de nuevo imagino la tienes en tu casa o noc, leela para que te cage el cerebro y te impregne su prosa en primera persona es lo mejor en primera, o trata de jugar tb con las personas, jajaja asi como cuando conversas con ellas en tu realidad.

    ResponderEliminar
  2. Ahora que leo mi comentario anterior me veo como un imbecil, que mierda es eso de "detalla la atmosfera" quien coño me creo para decir eso, y de que experiencia anterior estamos hablando, no puedo permitirme esas ligeresas.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  4. Marco yo tambien comparto el comentarío de mi madre me gustó tu historia,pero lo que no me gustó es que te llame mi " bebe precioso"

    ResponderEliminar